2. SUCESOS INESPERADOS
2.
SUCESOS INESPERADOS
En mi ranking de "peores maneras de despertar", encabeza la lista, el tono de llamada del teléfono. Sin sacar la cabeza de debajo de la almohada, palpo la mesita hasta dar con el móvil.
-¿Sí? -Vaya voz de cazalla.
-Hola catalana, ¿Aún duermes?
-Hola Asier, ¿Qué tal?
-Enfadado, vivimos a menos de cien metros y después de un año sin aparecer, no eres capaz de picar ydecir: "¡Hey tío..., Estoy por aquí!"
-Mira que eres, pedorro... Llegué tarde y Estela vino a verme.
-Entonces ya sabes la noticia... Menudo pendón. -Ríe.
-No seas capullo...
-Iní, sabes igual queyo los motivos.
-De verdad, la gente de pueblo sois maravillosa, sin embargo, muy estrechitos de miras.
-Habló la urbanita... Recuerda que yo solo soy de pueblo, en vacaciones, aunque en tu mente hippie, te parecerán motivos legítimos y correctos.
-Sinceramente, ni me lo planteo, además, los matrimonios por intereses tienen siglos de antigüedad.
-Ya... ¡Fíjate tú...!Y yo pensando que el amor y la honestidad, eran las bases del matrimonio...
¡Pero qué cateto pueblerino que soy!
-Lo ideal es darsecuenta a tiempo, oye... ¿Qué haces esta mañana?
-Pues, pensaba pasar a buscar a la chica más bonita del pueblo, llevármela a desayunar, pasearla porSantander, comer con ella, hablar mucho...
-Me parece muy apetecible... Dame una hora.
-¡Menuda creída! -Estallaa carcajadas a mi oído.
-Osea, me llamas y medespiertas, para chafardear como una portera de un tema de lo más... Anodino,para luego hacer planes con otras... Asier, en una hora te quiero en la puertade mi casa.
-¡A sus órdenes, migeneral!
-Hala, majo... Una hora.
-Máximo 60 minutos.
-Exacto.
En vistas de que tengo planes, me levantaré antes de lo deseado.
Escogeré un vestido fresquito y unas sandalias, aunque el clima cántabro al ser menos húmedo que elmediterráneo, disminuye la sensación de bochorno y perpetua sudoración, por lo general y si el cambio climático no ha hecho mella en él, 24º son 24º... Unagozada.
Resulta algo extrañoque Asier y yo, seamos tan amigos, no nos llamamos, no tenemos la necesidad de contarnos ni las alegrías ni las penas, en cambio cuando vengo a Suances, la mayoría del tiempo lo pasamos juntos.
Es un tío fantástico, lo que yo denomino "man 360", es inteligente, simpático y con gracia
natural, sabe escuchar, sabe hablar y para acabarlo de rematar, anatómicamente es un dios heleno.
-Iní...
-¡Sí papá...!
-Tienes al pavisoso de Asier, esperando en la cocina. -Se ha adelantado ¡Menudo ansias!
-Dile que eran 60minutos.
-Niña, arrea... Que no voy a echarlo de casa. -Mi padre cooperando y a mi favor... ¡Hombres!
Genial, no me ha dadotiempo a secarme el pelo... ¡Va! Tampoco creo que me resfríe...
-¡Menudas prisas! Luego dices que la que la gente de la ciudad va estresada...
Se acerca con una sonrisa de esas de infarto y, como es hábito en él me levanta y da una vueltaconmigo en brazos, sin importarle el público asistente.
-Iní y Asier son novios... Na... Na... Na... Na. -Mi hermana y su edad de incontinencia verbal.
-Ya me gustaría... Edith... Pero, no se deja... -Hace un puchero dirigido a la peque y a mí me dedica un guiño.
-Normal, es muy feo. -Contesto alisándome el vestido.
-¡No es feo!
-Pues todo para ti, teta.
-¡Será viejo cuándo mepueda casar con él!
-Ninguna de las Recassens,me quiere como esposo ¡Qué frustre!
-Tendrás que aprender a vivir con eso vResuelvo. -¿Nos vamos?
-¡Venga! Doctor la rapto durante todo el día
-¿Todo el día? -Me acaba de organizar la agenda, sin saberlo -Pues sí, sí que es un rapto.
-Cuídamela, la quiero de vuelta y entera a ser posible, que a trozos no me sirve de nada.
-Gracias papá, por tu confianza.
-Iní... Deja a tu padre que ejerza de padre. -No, si aún se empezará a golpear el pecho con los
puños como King Kong.
-¿Y a ti de hombre delas cavernas?
-Puede, aunque... Con estilo y menos pelo corporal.
De verdad, qué obsesión tienen los hombres, con la protección, como si una no supiera hacerlo
solita.
Amaia, me mira, sonríe y niega con la cabeza, yo encojo los hombros... Son hombres, no se les puede
pedir mucho más, sean "man 360" o "man 45".
Tras despedirnos, salimos y nos montamos en su, nada discreto, Mercedes SLK convertible, rojo
burdeos.
Me olvidé mencionar, que aparte es un triunfador, un Rey Midas, todo lo que toca, aumenta de valor
instantáneamente, como el Nesquick.
-¿Cómo estás?
-Estoy.
-Jo... Qué escueta.
-Es que, todos preguntáis lo mismo y me satura responder lo mismo... ¿Cómo crees que estoy?
-A parte de lo obvio... -Enarco la ceja y me giro para que observe mi gesto, al que solo le dedica un segundo, ya que va conduciendo. -No lo sé... A decir la verdad, te veo como siempre.
-Pues, eso es lo que pasa, que no lo sé.
-¿Cuánto te quedas?
-Un par de semanas, tengo una sesión de fotos en Barcelona y he firmado un contrato de traductora
on line...
-¿Traductora?
-No empieces tú también...
-Tienes un potencial de escándalo, no hace para ti un trabajo tan... Aburrido.
-Nadie dice que vaya a dejar mi profesión aparcada, en este momento, he de reubicarme y ese sueldo me ayudará, hasta que consiga que un estudio de arquitectos, se fije en mi dossier de proyectos o les interese alguno.
-Yo les llevaría mejor, el book con las últimas fotos, esas con las ropas rasgadas de época y mariposas negras... Uhmmmm.
-Sí es una buena idea, así aparte de pasarme la mañana sirviendo café, que viene siendo lo habitual cuando se empieza, a lo mejor me... "Uniforman"
-¡Qué payasa eres!
Le respondo sacándole la lengua, mientras pongo los ojos bizcos, para después reírnos los dos, como bobos.
-Y tú... ¿En qué andas enfrascado ahora?
-Bueno... He vendido mi empresa de Bilbao, era el momento, estaba en la cresta de la ola, si me esperaba un par de años más, se depreciaría.
-¿Y cuál es tu nuevo proyecto?
-Me voy a Múnich, por tiempo indefinido.
-¡Uauuu! Qué fuerte suena eso de "tiempo indefinido", aunque conociéndote, veo difícil que te asientes en un lugar fijo.
-Tengo casi 30 años...
-¡Dios! ¿Y ya has testado? Mira que con esa edad, tienes un pie dentro del foso... ¡No me seas, absurdo!
-Enid... Me refiero, a que me gustaría tener lo que tiene todo el mundo, una familia.
-¿En Alemania?
-O en Tombuctú, eso es lo de menos.
-¿Qué te han ofrecido?
-Asesoramiento financiero y jurídico, a una de las empresas más importantes del país, que puedo compaginar con otro negocio que tengo entre manos.
-Suena a muchos euros.
-Sí, muchos, muchos.
Entramos en un parquin subterráneo del centro, por nada del mundo dejaría el coche aparcado en la
acera.
Eso es lo bueno de tener un Ibiza de los 90, nadie se apoya para hacerse una foto en él y tampoco se notaría si le hicieran una raya, está tan desteñido el pobre, que podría pasar por el color que le imprimaron en la fábrica.
El sol cae de plano, me coloco las gafas, para no parecer la Dolorosa.
Entramos después en una taberna, me encanta tapear, mezclando sabores y texturas, el Norte es especialista en esto, acompañadas de cerveza o una sidra bien escanciada.
-Creo que cada vez que piso Cantabria, cojo cuatro kilos... Está todo buenísimo.
-Pues, para mi gusto, necesitas esos cuatro kilos, aunque viéndote comer... Nadie lo diría... Recuérdame, que la próxima vez que quedemos, en lugar de invitarte a comer, te compre un traje.
-Vale... ¿Puedo elegir diseñador? -Orbita las pupilas a la par que niega, para finalmente reír de nuevo.
-Me gusta estar contigo... Lástima que nos veamos tan poco.
-Mi madre siempre decía: "Dues vegades BO es BOBO"... El equivalente castellano vendría a ser "Lo poco agrada y lo
mucho enfada"
-Enid... Vente conmigo a Múnich.
¡Y me lo suelta así, a la brava!
Cómo se nota que es de Bilbao... Me ha pillado tan a traspiés, que me atraganto.
¡La Virgen, menudo ataque de tos! Casi me cuesta la vida no esturrear la sidra a modo de aspersor, por encima de la mesa.
-¡Tía, tampoco te estoy pidiendo matrimonio! -Apunta muerto de la risa.
-Tú, preparando el terreno, no tienes precio... ¿Me explicas que hago yo contigo en Múnich?
-Tengo un ático alquilado y pagado por la empresa, enorme y vacío, tú has de empezar... Barcelona o Múnich ¿Qué más da?
-Así a groso modo... Se me ocurre, que entre Alemania y España, hay... ¿Cuántos kilómetros... 2000?
-Más o menos, sí.
-Asier, ya es difícil mantener el contacto con mi familia y, solo median unos 700...
-De Múnich a Santander, no llega a dos horas de vuelo... Bueno y me ofrezco como siempre, a tirar de algún contacto para que trabajes de lo tuyo, aunque, sé que te negarás, como siempre.
-Ufff... Si me voy así, sin más... Me voy a cargar a mi padre.
-Si no te lo has cargado ya, no creo que lo hagas ahora, que tiene incentivos para seguir con vida. -Se puede ser más bruto, pero no más Asier.
-¿Y cuándo te vas?
-Mañana a medio día.
-Qué? Pero... ¿Qué droga tomas?... -Niega alzando la vista al cielo.
-No te estoy exigiendo que vueles conmigo mañana... Cosa que no me importaría, pero reconozco, que has de meditarlo.
-Asier... Lo veo difícil... Pero, prometo pensarlo.
-Bien.
-Bien.
Cada vez estoy más convencida, de que mi vida es un enorme puzzle, que se va ensamblando con bastante facilidad, de repente desaparece una pieza y los primeros dos minutos, toda la construcción se tambalea, sin embargo, sin saber ni cómo, ni por qué, aparece otra pieza, distinta pero que encaja a la perfección.
En ocasiones, esa pieza es tan determinante, que hace cambiar todo desde ese punto, no obstante, se monta sin demasiadas dificultades.
Cuando la severa madre de Evelyn, murió y me quedé sola con los niños, me atasqué. Suerte de mi padre.
Entonces, un prestigioso abogado, se pone en contacto conmigo y me explica, que Evelyn ya había previsto la posibilidad de que esto sucediera y, muy a su pesar había avisado al padre de los niños, que no sabía de su existencia.
Me dolió verles marchar, nadie vino a recogerlos en representación de la familia, tampoco podían verme derrotada, porque yo después encontraría los brazos de mi padre, pero ellos... ¿Quién sabe?
Y ahora, esto.
Otra pieza que podría reconducirlo todo.
Hemos callejeado, toda la tarde, nos hemos reído mucho muchísimo, justo lo que necesitaba.
-He reservado una habitación en un hotel del centro. -Paro en seco en medio del paseo.
-Mira, cielo... Una cosa, es que te deje que me cojas de la mano y otra muy distinta, que te tomes
estas confianzas. -Y el muy necio, empieza a reír a carcajadas, al punto de la lágrima. -¡Oye, si te apetece, me cuentas el chiste!
-No mujer, no me malinterpretes.-Y sigue riendo el muy pavón -Solo quiero que subas conmigo, un momento.
-¿Cuánto? ¿Quince minutitos? -Al final le dará un ataque.
-No, no es eso... Tengo algo que enseñarte. -Levanto los brazos al cielo, se acabó, me largo... ¡Será posible! -Enid, estás sacando conclusiones precipitadas.
-Habla. -Exijo.
-Quiero llevarte a cenar a un sitio especial, tenemos que ir de etiqueta y no me apetecía, volver a Suances, así que reservé una habitación para poder cambiarnos de ropa y, me he permitido la libertad, de elegir un vestido para ti. -Tengo los ojos abiertos de par en par, suerte de no necesitar lentillas, porque estarían en el suelo. -¿Tienes algo que objetar?
Muevo la cabeza igual que un muñequito.
-Perfecto... Y que conste, que tampoco me parece tan mala idea quedarnos allí y, por descontado, no serían quince minutos. -¡Reacciona Enid!
-Asier... No lo estropees.
-Vale... Va, que si no te gusta el vestido, tenemos tiempo de cambiarlo.
Como era de suponer, dado su gusto por lo exclusivo, no iba a escoger un hotelito mono, así que estamos en la recepción del Hotel Real, al que no le caben más estrellas.
Recoge las llaves como todo un señor y nos dirigimos a la habitación, que también evidencia sus gustos caros.
A mí no me molesta, al contrario, me halagan todas estas atenciones, aunque siendo sincera conmigo misma, me imagino donde quiere
que desemboque toda esa puesta en escena.
Tampoco me importa.
Mostrando una cortesía y unas maneras ejemplares, abre el mueble bar, saca una coctelera y mezcla ron blanco, ron de coco, granadina, blue tropic, zumo de piña y de naranja... No sé si me dejo algo, pero su imagen, con los botones de la camisa desbrochados hasta la mitad, arremangado hasta los codos y su espectacular físico, ya me tiene medio embriagada.
-Toma, verás que bueno esta... Esto -Mira que es idiota.
-¿Intentas emborracharme?
-No, lo que pretendo es que te relajes y que disfrutes del entorno, aún queda un rato antes de marcharnos.
Es impresionante la imagen del ocaso desde el balcón de la habitación, aún hay gente en la playa y eso que la subida de la marea, se ha comido gran parte de la arena.
Sentados, contemplando el horizonte, con un cóctel algo dulzón, aunque muy rico, el mundo se ve distinto... Una lástima que, como todo
en la vida, esto también tenga que acabar en algún instante.
-Ciertamente, las vistas a la Playa de los Peligros, es evocadora...
-Ajá...
-¿Era imprescindible reservar la suite?
-Es la que mejor vistas tiene.
-No me has contestado.
-Enid, cada uno gasta su dinero en lo que le apetece.
-Eso por descontado, pero... ¿No te asusta la idea de un revés?
-Podría vivir sin todo esto, es solo lujo... Sin embargo, estoy seguro de que remontaría... Sabes que provengo de una familia de vascos modesta, todo lo que tengo es producto de mi trabajo, nada viene de cuna.
-Por cierto... Con tu padre ¿Cómo van las cosas?
-Pues como siempre, si pasamos más de tres días juntos, acabamos como el rosario de la aurora. Mi madre, siempre detrás, no levanta la cabeza ni para comprobar si llueve y mi hermano, vive de la sopa boba... Les ayudo económicamente, porque entiendo que les debo el esfuerzo que tuvieron que realizar ellos, para que yo estudiara... Sin embargo, estar cerca no me reporta nada positivo.
-El dinero lava tu conciencia de hijo ausente o hijo descastado.
-No Enid, no tengo mala conciencia, solo que cuando uno lleva mucho tiempo haciendo las cosas a su manera, no admite que terceros, le
reorganicen su pirámide existencial.
-Es como un tensor flojo...
-Cómo no desarrolles un poco más la idea...
-Qué la distancia entre los amigos o la familia, es como un elástico que se va dando... Al principio, la goma funciona, la relación se mantiene, luego, y en ocasiones sin saber muy bien las causas, las llamadas se van espaciando, las visitas son menos frecuentes..., hasta que un día te das cuenta, de que aunque el sentimiento de amistad y cariño perdura, la comunicación y la complicidad, se han disipado. El tensor ha perdido la capacidad de retorno.
-Entre nosotros eso no ha pasado nunca, no nos llamamos prácticamente, en cambio te considero alguien muy importante en mi vida.
-Gracias, Asier... Tú también eres especial.
Me mira a los ojos, con mucha intensidad, me hace sentir deseada y, no hay mujer que pueda resistirse a eso.
Sé, que quiere besarme, que está tanteando el terreno...No soy ninguna mojigata, ni estoy guardando mi virtud, sin embargo y para hacer honor a la verdad, hace tanto que no tengo contacto íntimo con nadie, que puede que se me hayan olvidado los pasos previos.
Estira la mano y recoloca un mechón de mi cabello, detrás de la oreja, me sonríe y se acerca... Peligrosamente.
Y... Estaba cantado, me besa... Tan cantado como que yo, no iba a detenerlo...
Y... Además... ¡Qué bien besa el "jodio"!
-Llevo esperando poder hacer esto... Años. -Añade a escasos milímetros de mi boca, debido a que se me escapa la risa, se separa más y me mira divertido, aunque inquisitivo.
-Pues, el entrenamiento al que te has sometido, ha debido ser intensivo, porque besas de vicio.
Apoya su frente con la mía y se ríe, sin dejar de acariciar con los pulgares mis mejillas.
-Fui un alumno aventajado... Estaría encantado de mostrarte todo lo que he aprendido en este tiempo, durante toda la noche... Sin embargo, me comprometí a asistir contigo, a la inauguración de la galería de arte de un amigo y a la cena que ofrece después.
-En tal caso... Voy a avisar en casa de que llegaré tarde.
Vuelve a besarme y esta vez, estira de mi labio inferior con sus dientes.
-Enid... Dile a tu padre que no te espere a dormir.
Oh...
Jo...
El tono de seducción era innecesario, sin embargo... Vaya... Menuda intensidad.
Hace diez minutos tenía la piel de gallina, la brisa había refrescado el ambiente y estaba echando en falta una rebequita, curiosamente, en este instante me sobra toda la ropa.
Me levanto, disimulando como mejor puedo, la flojera de mis piernas.
Mientras marco el número de mi casa no dejo de susurrar una súplica al primer ser divino, que
tenga a bien atenderla.
《Qué descuelgue Amaia...
Qué descuelgue Amaia...
Qué descuelgue Amaia.》
-¿Dígame? -Gracias, ser divino que escuchabas... Te debo una velita.
-Buenas noches Amaia, soy Enid.
-Dime, cielo.
-Esto... Bueno que... Al final... Pues -¡Ser divino, vuelve..., Ilumíname! -Uhmmm... Mira...
-Que no vienes a dormir. -No se le escapa una... Debe de estar secuenciado en el código genético de las madres, siempre lo saben todo...
Hasta lo que creen que no saben.
-Sí, eso. -Se ríe con esa ternura que la caracteriza... No obstante, si viera el tono rojo Ferrari que ha tomado mi cara, se reiría a carcajadas.
-Enid... Nadie se va a sorprender, porque no vengas... Disfruta, el chico es un bombón.
-¡Amaia!
-Nada hija, nada... Pásalo, bien... Muy bien...
-Hasta mañana, un beso.
-Hasta mañana, preciosa.
Casi estoy hiperventilando...
¿Por qué me pasa esto? No soy ninguna adolescente... Bueno, tampoco he tenido que avisar en casa de que... Eso, vamos.
Con Carlos, el sexo era entre principiantes, esporádico, poco o nada satisfactorio, en lugares típicos para la edad que teníamos y rápido, muy rápido... Casi conejil.
Y en Barna no tenía que dar explicaciones a nadie.
Unos dedos acarician mis hombros por detrás, me ponen en situación de nuevo, y por si me quedaban
dudas, retira el pelo de la nuca y posa su boca detrás del lóbulo, dejando un reguero de besos por todo el cuello.
-Te ayudaría a vestirte, pero como te desnude primero... Estoy convencido de que no llegaremos a la cena y le prometí, que iríamos... Bajo juramento de honor.
Me giro algo confundida, es la segunda vez que insinúa, que nos esperan a los dos ¿Cómo que
a los dos? Yo me acabo de enterar.
-Aclárame algo... ¿Son imaginaciones mías o yo no voy en calidad de acompañante?
-Siempre alerta, Recassens.
-¿Por qué no me lo has dicho antes?
-Conociéndote, habrías decidido quedar solo para la cena.
-O no...
-Pues... Por si acaso... ¿Dejamos la cháchara y nos cambiamos?
-Sí, mejor.
-Voy a la habitación contigua, allí tengo mi ropa.
-¿Habitación contigua?
-Claro mujer, por nada del mundo querría que te llevaras una impresión equivocada.
-Por nada del mundo... Menudo fanfarrón.
Escucho sus risas, mientras paso a la habitación de la suite...
¡Vaya! Lo tiene todo más que previsto... Voy a ducharme primero y así luego me deleitaré, con todo
el conjunto.
El agua siempre me ayuda a pensar, así que dejo que corra unos minutos sobre mi cabeza...
Asier... Nos conocemos desde hace mucho, mi madre aún estaba viva.
Tonteábamos, bueno él tonteaba con todas, es ese tipo de chicos que se ligan las rubias altas y guapas, pero que siempre tenían a cualquiera comiendo de su mano.
Le seguía el juego, pero me mantuve al margen, nunca pensé que fuera su tipo.
Ahora, contemplo todas las molestias que se ha tomado, comprando hasta la crema corporal y un set de maquillaje, y me pregunto, si es su forma habitual de llevarse a las churris a la cama o si él cree que merezco todas estas atenciones, digamos... a modo de cortejo...
No hacía falta tanto... El beso ya me ha dejado medio cao y con el cuerpo encendido, igual que si me hubiera zampado una guindilla fantasma.
Salgo de la ducha... Más fresquita.
El espejo está blanco por el vaho, paso la mano y miro mi reflejo, nunca le he dado mucha importancia a mi aspecto, aunque sé que soy... Llamativa.
Mi madre fue Top Model, en la época más gloriosa de las modelos, conocía a los mejores diseñadores, actores y grandes empresarios, sin embargo, se enamoró de mi padre, un aspirante a neurocirujano, ocho años más joven que ella, que vivía con el apuro de saber si llegaría a final de mes, cada mes.
Mi padre estudiaba mucho, muchísimo, en mis recuerdos infantiles, siempre le visualizo rodeado de libros y manuales, mi madre lo admiraba, tenían una conexión tangible e indisoluble.
Ella me apartó tanto como le fue posible de su profesión, a mí nunca me llamó demasiado ese mundo de glamour fingido, porque sabía las horas que se pasaba, antes, durante y después de una sesión y eso, que para cuando yo vine al mundo, mi madre ya era una modelo "madura".
Siempre repetía lo mismo: "La cara no es el espejo del alma, al alma hay que regarla, abonarla y cuidarla como las flores, para que no se aje, ni se marchite... La cara envejece y se afea, un alma bonita, jamás"
Ay, mamá... Si estuvieras aquí ¿Qué me aconsejarías?
Y no hablo de lo que, sin género de dudas, pasará después de la cena, si no de su propuesta... Creo que él quiere sentar las bases de una relación estable, sin embargo yo... No sé lo que quiero.
Me gusta y conectamos en muchos aspectos, pero... ¿No deberíamos echarnos en falta cuando no estamos
juntos?
Porque a mí eso no me sucede.
Vamos, que ni nos... Llamamos, ni siento la necesidad de hacerlo.
¿Y las mariposas? A ver ¿Y las mariposas?
A lo peor, yo no tengo ese tipo de insecto.
A lo peor, son polillas.
No, tampoco... esos bichos también tienen alas, notaría igualmente el revoloteo en el estómago, que según dicen los expertos en la materia, es un síntoma inconfundible del enamoramiento.
Ay, madre... ¿A qué no tengo?
¡Pues vaya suerte la mía!
Y se puede saber ¿Por qué estoy hablándole a mi reflejo en el espejo?
Acabo mi soliloquio sacando la lengua... Un acto de lo más maduro y cuerdo.
Pues nada, voy a empotingarme un poco, muy poco, he cogido hoy algo de color con el paseo y ese
brillo es suficiente.
No he visto el vestido, pero por los complementos que lo acompañan, la sombra azul verdoso, irá bien... Un poco
de máscara para pestañas y labial rosado... Eso será suficiente.
Con tal de no liarme con el secador, me haré una cola alta, sujeta con un mechón de mi propio
cabello, todo recogido... Tengo el pelo muy lacio y grueso, quedará aceptable cuando se seque.
Mientras me coloco la lencería fina, que no ha descuidado y que es demasiado escueta y excesivamente
sexi, mis mejillas se encienden, me cohíbe pensar que va a saber en todo
momento, color y modelo, de la ropa interior que llevo.
Viendo lo que voy a llevar por dentro, estoy ansiosa por sacar el vestido de la funda y... No
defrauda.
Es un vestido del diseñador Tom Ford, según pone en la etiqueta, un gusto en conocerlo...
Palabra de honor, ajustado hasta la cadera en tela de raso irisada, a partir de ese punto, se van solapando capas de gasa en tonos azules y verdes, hasta un par de dedos por encima de la rodilla, a modo de pétalos llenos de pequeños cristales.
El conjunto se completa con un bolero de encaje verde mar, el bolso a juego y unos zapatos descubiertos, que podrían utilizar los zancudos en sus espectáculos.
Me visto nerviosa, y tras mirarme al espejo de pie de la habitación y comprobar que todo está en su sitio, salgo.
Me espera sentado, trasteando el teléfono, va tan elegante como de costumbre, solo que vestido con
traje oscuro y camisa azul claro... No puedo negarlo, quita el hipo.
Advierte mi presencia y levanta los ojos del móvil.
-¡Jo... Der! Perdona... Perdona... No era lo que quería decir, lo siento.
-¿Y qué ibas a decir?
-Pues no lo sé... Pero ahora solo me viene a la mente... ¡Jo... Der!
-Doy por hecho que es del agrado del señor, tienes muy buen gusto.
-En realidad, yo no he sido quien escogió nada de lo que llevas puesto, le pedí a Sandrine que me
diera tus medidas y contacté con un Personal Shopper.
-Vaya con Sandrine, le importa un pimiento la ley de protección de datos.
Se alza y se acerca, vuelve a besarme de esa manera tierna y sensual.
-Eres tan bonita... Una muñeca... Una maravilla.
-Para, por favor...
-¿Por qué? Parece que no te des cuenta, pero eres la mujer... Completa. -Vuelven los besos suaves y cálidos. -Mejor vamos tirando... A este paso incumpliré mi palabra.
-¡No lo permita Dios! -Se ríe en mis labios -Por cierto, el tono de la camisa ¿Es para conjuntarnos?
-Eso es cosa de la estilista... ¿No te gusta?
-Estás de infarto... Bien visto, como siempre... Sin embargo, agradezco que no se haya decantado por el rojo o el púrpura con mi vestido... Básicamente, para no parecer el dúo Pimpinela.
Y vuelve a reír, esta vez sin contención, con la mano en el estómago y contagiándome.
Salimos, noto todas y cada una de las miradas.
El coche está a la entrada del hotel, el mozo le entrega las llaves, pero no le permite que abra mi puerta, es él
quien se toma la molestia.
-Enid, te tengo quecomentar algo de lo que hay expuesto en la galería.
-Dime.
-Mi amigo, es francés, tiene diferentes galerías, por Europa y Estados Unidos.
-¿Y cómo se ha decidido por Santander? Creo que hay lugares más atractivos donde montar una
galería privada.
-Sí, yo también lo pensé y le comenté mis temores sobre un posible fracaso, pero por lo que me ha explicado, está dirigida a un público en concreto, que no tienen problemas en desplazarse hasta aquí desde donde sea y el emplazamiento, ya lo verás es
espectacular.
-Y solo por curiosidad morbosa... ¿Qué pinta una provinciana como yo, rodeada de tanta opulencia?
-Provinciana...
-Anda... Contéstame...
-Tú formas parte de la exposición de hoy.
Tras unos segundos en estado vegetativo, reacciono incrédula.
-¡Venga ya!
-No te engaño.
-Eso es discutible, porque cada vez que te pregunto, sacas un conejo de la chistera.
-¿Recuerdas la última sesión que hiciste con Sandrine?
-Sí, en Irlanda... Hace dos años, fue un encargo, muy específico, basado en cuentos tradicionales,
aunque en versión gótica ¿Las compró tu amigo?
-No... Esas fotos son mías.
Si hace un momento la sangre casi no circulaba, ahora mismo ha cambiado la textura y el color.
No sé qué decir, ni como mostrarme ante semejante descubrimiento, aunque mi cara es bastante
gráfica.
-Enid... Tampoco es nada tan extraño... Sandrine no se queda tus fotos de reserva.
-Ahí llego sin ayuda... Y por lo general las vende a páginas específicas, portadas de CD, tiendas de ropa alternativa... Pero que las tengas tú, me sorprende y me inquieta.
-Que te sorprenda, lo entiendo... ¿Pero qué te inquiete?