AXIOMA SOBRE FUSIÓN DE DESTINOS--- CAPÍTULO 1 "COSAS QUE SOLO PASAN"

2015-05-19 13:55

1.

COSAS QUE SOLO PASAN

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Es muy triste que sucedan cosas tristes y es
más triste, que esas cosas tristes siempre sucedan a quienes, bajo mi punto de
vista, ya han copado su cuota vital de tristeza.

Aunque al parecer, la tristeza aliada a la
desdicha, no dispone del sistema métrico habitual, para cuantificar todo el
dolor que pueden soportar, si es justo o injusto, o si sencillamente no tienen
la madurez suficiente para entender, porqué les suceden siempre tantas cosas
tristes.

 

Simplemente, a la tristeza, todas estas
divagaciones, le tocan un pie.

            Y debido a esa amalgama de
infortunios, hoy me encuentro aquí, acompañada por mi padre, desarmando los recuerdos
de los últimos diez años, con las lágrimas hacia dentro.
            -Nena... 
            -Estoy en la habitación de los
mellizos, papá.
            No hace falta levantar demasiado la
voz, estamos solos y aunque la casa es muy grande, el silencio trasmite el
sonido mejor que un altavoz.
            Las zancadas de mi padre son
inconfundibles, propias de una película de suspense, si no estuviera segura de
que es él, ya me habría metido debajo de la cama.
            -¿Cómo lo llevas?
            -Controlado, un par de cajas más y
podremos llamar a la agencia de transportes, para que se lo lleven todo.
            -Pobres criaturas... Espero que todo
esto no les afecte demasiado.
            -¡Qué tonterías tienes! Eres médico,
tú mejor que nadie sabes, que lo van a pasar fatal... Aunque, conociendo la
capacidad de recuperación de estos niños, me gustaría pensar que podrán
superarlo en un tiempo récord.
            -Cuando murió Evelyn estabas tú,
formabas parte de su entorno, les aportabas seguridad.
            -Yo no soy su familia, ni puedo
asumir la responsabilidad, de ocuparme de ellos, papá.
            -No hija, eso es evidente... Sin
embargo tendrían que haber buscado una alternativa menos drástica o como
mínimo, mantener cierto contacto con sus raíces...
            -No voy a entrar a discutir, lo que
pienso sobre el padre de los mellizos... -Esto de cerrar cajas de cartón es de
lo más engorroso, tengo los dedos todos cortados ¡Qué asco! -Pásame el royo de
cinta de embalar, por favor... Ellos son la única familia que les queda y el
padre tiene la obligación moral, de hacerse cargo de sus hijos...Aunque, no es
necesario poseer el don de la precognición, para saber, que pasado el verano,
estarán internados en algún colegio elitista... Una lástima.
            -Y tú, ¿Has decidido qué vas a
hacer?
            -Pues sigo en stand by... Me han
ofrecido trabajo de traductora para una editorial y lo aceptaré, eso me
aportará unos ingresos extras.
            -¿Y tu profesión, cariño? La has ido
aparcando, precisas adquirir experiencia.
            -Sí, tienes razón... Pero en este
momento, el mercado está saturado de arquitectos en paro y yo necesito una
nómina, no puedo entrar de becaria en ningún estudio.
            -Entonces...
            -Sandrine, me llamó ayer.
            -No, nena... No.
            -No entiendo el porqué, pones
siempre el grito en el cielo... Son solo fotos.
            -Enid... Fotos en cementerios, con
ropas barrocas emulando ser un fantasma, cuando no con heridas y sangre...
Tétricas. -Simula un escalofrío.
            -Góticas, papá...
            -Lo que tú digas... Pero son
deprimentes.
            -De eso se trata ¿Preferirías que
fueran en ropa interior? -Le guiño un ojo -¿O sin ropa? He de reconocer, que
animan más.
            -Sabes que no... Podrías utilizar el
fondo que te dejó mamá y conseguir la formación que necesitas.
            -No, ese dinero es para emergencias
y en este momento dispongo de opciones y ahorros, para prescindir de él.
            -Yo también puedo ayudarte.
            -Papá, puedo mantenerme solita, me
considero una adulta emancipada, el día que precise de ayuda, cuenta que no
dudaré en reclamarla.
            -Me satisface oírte decir eso.
            Mientras seguimos rellenando las
cajas con las pertenencias de Isona y Joel, recuerdo como llegué aquí y lo
asustada que estaba.
            Evelyn acabada de parir, con las
hormonas descontroladas, llorando por los rincones, aunque tampoco era para
menos, su vida había dado un giro de 180º.
            Su novio de la Universidad, la había
dejado embarazada y de mellizos, él en un acto de "compromiso supremo", le dio
la patada y ella se vio obligada a volver a Barcelona con su madre, una mujer
de carácter recio, aunque siempre dispuesta a ayudar a su única hija.
            Nunca me creí capaz de superar las
dos primeras semanas en esta casa, cada día al acostarme me decía: "Esto
no es para mí, mañana hablo con Evelyn y le digo que busque a alguien más
cualificado"
            Sin embargo, al despertar, ya no
recordaba lo del día anterior y así, fueron pasando las semanas, los meses...
Los años...
            Cuando cierro la última caja con la
cinta adhesiva, me doy cuenta de que esta casa ha perdido todo su encanto, ya
no importa que esté en una zona privilegiada de la ciudad Condal y que su valor
sea de unos cuantos millones de euros, ahora así vacía, sin las risas de los
enanos, sin las regañinas de la abuela, sin sus travesuras, es fría y para nada
acogedora.
            Por muchos suspiros que se me
escapen y por mucho que les eche de menos, este periodo que ha durado casi diez
años, toca su fin.
            Hoy cuando conecte la alarma, cierre
la verja y entregue las llaves a la agencia que se encarga de la venta,
empezará mi vida en soledad.
            -Bichito... ¿En qué piensas?
            -En lo mucho que me ayudó la locura
cotidiana de esta casa, a superar la pérdida de mamá... Casi no me dio tiempo
ni a llorarla.
            -Diez años en unos meses... -La
melancolía siempre se cierne sobre sus ojos cuando la recuerda.
            -Mamá estará feliz allá donde esté,
lo hemos hecho genial.
            -Seguro que sí... Nunca le gustaron los
llorones. -Me pasa sus brazos alrededor de hombros y me achucha contra él.
            -Bueno, papi... Aquí, ya está todo
el pescado vendido y tanto eco es más deprimente, que las fotos góticas y
siniestras, de las que tanto te quejas.
            -Sí, salgamos... Además, entre antes
nos vayamos, antes llegaremos a Suances y antes veré a mi mini princesa.
            -¡Anda que no me has bajado pronto
del poyete!
            -No seas mema, las dos tenéis
vuestro sitio y vuestro trono.
            -Qué sí, papá... Qué sí...
            -Verás lo bonita que está, con sus
rizos rubios y sus ojos negros, es de anuncio.
            -La verdad, es que es un regalo.
            -Las dos lo sois. -Afirma con
orgullo.
            -Tú sí que eres un regalazo.
            Y me tiro a sus brazos como cuando
era una renacuaja, como cuando éramos una pequeña familia de tres, común como
todas las familias, con sus defectos y sus virtudes, afrontando el día a día,
unidos.

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            Conducir el BMW X5 de mi padre es
una gozada, no tengo mucha idea ni de caballos, ni de potencia, ni de otras características,
a parte de la estética y la comodidad, poca importancia le doy al resto, pero
reconozco que comparar mi Ibiza de los 90, con este bicharraco, es como
intentar buscar parecido entre un huevo y una castaña.
            El camino hasta Santander por autopista,
no dice mucho, es bastante tedioso y mi padre, tal como ha aposentado el culo
en el asiento del copiloto, ha cerrado las persianas y creo observar hasta la difusión
de las "zetas" por todo el habitáculo.
            Me encanta el lugar donde mi padre
decidió iniciar su nueva vida, cuando era adolescente, inmadura y egoísta,
siempre pataleaba cada vez que mis padres decidían pasar unos días allí, menos
mal que esa época pasa, porque es muy cansado estar enfadada con el mundo, de
manera perpetua.
            Lo que ya no me gusta tanto, es
tener que encontrarme con mi supuesto "ex".
            No es mal muchacho, aunque bueno
tampoco... Además de que su ego neandertal, le hace creer que estoy dolida por la
ruptura, cuando yo no había considerado que teníamos una relación seria en absoluto,
a decir verdad, para mí solo era un colega de verano, con el que compartía
alguna afición, amigos y sexo estival, hasta que él me dijo que la distancia
era un obstáculo insalvable entre nosotros y que se había apagado la chispa.
            Mi respuesta fue sencilla:
"Vale, estoy de acuerdo contigo"
            No entré en matices tales, como:
¿Qué chispa? O ¿Qué relación? 
            Tampoco era plan de sacar al chico
de su nube, el caso es, que piensa que me arrepiento o algo así, y su lógica
cargada de fantasía, le dice que no me atrevo a dar el paso y pedirle que
volvamos.
            Y a pesar de que, de ilusión también
se vive, alguien tendría que aconsejarle una terapia, en donde le muestren el
mundo en tiempo real y no la que él inventa... Eso no es sano.
            Así, kilómetro a kilómetro, llegamos
a destino a las 9 y media. Empieza a oscurecer.
            Sé que para las 10 de la noche,
medio pueblo ya estará enterado, de que el doctor y la niña, han regresado.
            -Iníííí... -Como era de suponer, mi
mini hermana viene a recibirme al galope y salta cual gamo a mis brazos, casi
sin dejarme bajar del coche.
            -Hola, blonde... ¿Has sido muy
traviesa?
            -Ufff... -Se tapa la boca con una
mano y agita la otra... Es tremenda y también una delicia, preciosa, rubísima y
más lista que el hambre. -Mami, dice que me va a regalar a un gitano.
            -¿Al que pasa con la burra o el que
pasa con la cabra?
            -¡Al de la chatarra! -Exclama
ofendida.
            -Vaya... Tendremos que intentar
convencer a mamá, como mínimo para que te regale al de la cabra ¿No crees?
            -¡Nooooo...! -Bendita inocencia que aún
hace que se agravie ante las tonterías más supinas.
            -A ver princesa ¿A papi ni un beso,
ni nada de nada?
            -Papi ¿A qué tú no me vas a regalar?
-La cara de mi padre es aparenta confusión, muy cómica.
            -Edith, papi no te regala, en todo
caso te vende ¡Habrá qué sacar algún provecho! -Apunto solo por verla juntar
esas cejas casi albinas
            -No le hagas caso a tu hermana, papi
ni te vende, ni te regala... Te come a besitos.
            La escena es de lo más tierna y
divertida, mientras, Amaia mi madrastra, se ha mantenido en un segundo plano,
para no interrumpir el encuentro.
            -Hola, Iní ¿Qué tal el viaje? -Su
afecto es inconmensurable, es todo amor.
            -Aburrido, el copiloto ha venido
roncando todo el camino.
            -¡Esteban! -Me encanta cuando le reprende,
porque su voz es muy dulce y cuando intenta enfadarse el tono no le acompaña. -No
tienes consideración...
            Y mi padre, como un cordero, con su
joya dorada en brazos, se acerca y la besa.
            -Eso se considera... Un acto de fe.
-Poniendo el matiz, como si eso le eximiera.
            -Sí, sí... Papá, eso es más morro
que confianza.
            -Bla, bla, bla... ¡Memeces! ¿Sabéis
qué? -Nos miramos perplejas, a la espera. -Mi princesa y yo, nos vamos a dar un
chapuzón, así vosotras os ponéis al día.
            -¡Menudo rostro! Ni te molestas en
sacar las maletas del coche...
            -Por algo Roncato les puso ruedas
¿No queréis igualdad?
            Y se nos escapa un suspiro de
impotencia a la par, con dos litros de aire, gramo arriba, gramo abajo.
            En vista de que él, ya ha tomado la
determinación de cogerse la noche libre, Amaia y yo empezamos a descargar el
coche y llevar el equipaje a las habitaciones correspondientes.
            En realidad no hay mucho, un par de
maletas suyas y un par de maletas mías, el resto de mis pertenencias, están en
el piso que mis padres tenían en la Vila Olímpica, a donde regresaré tras
desconectar unos días de todo lo acontecido en este último mes.
            -¿Cómo te encuentras, Enid? -Me
sirve una clarita, que agradezco con un trago largo, ya tenía la garganta igual
que la suela de un zapato.
            -No lo sé... Tengo la sensación de
haber nacido para ocuparme de sepelios.
            -¿Y los niños?
            -Cada vez que hablo con ellos, es un
drama etrusco... Joel es un todo terreno, se adapta a todo a la velocidad de la
luz, pero Isona tiende a aislarse del mundo, habla poco, son suerte le saco
algún monosílabo... Si es que, llevan tres meses allí y aún no conocen a su
padre ¿Te lo puedes creer?
            -Jesús, menudo personaje...
            -Joel, me habla de su tío y de su
abuela... Me describe Philadelphia, le impresionan los edificios y le
sorprende, no encontrar las marcas de coches europeas... Que su tío habla fatal
el español y que de catalán no sabe nada... Que su inglés es diferente, pero
que se entienden bien...
            -Joel tiene las cualidades del
látex... La nena es muy perceptiva, muy inteligente, seguro que ve más allá.
            -Sí, mentalidad femenina... La frase
más larga que he conseguido sacarle es "Ven a buscarme"
            -Una frase muy dura.
            -Sí, muy difícil mantenerme al
margen... He convivido con ellos desde que nacieron, he padecido sus cólicos,
sus llantos, sus primeros pasos, cuando le salieron los dientes... Cuando se le
cayeron. Me convertí en una madre adolescente, sin haberlos parido... No me
malinterpretes, su madre estaba allí, al pie del cañón, pero yo asumí el papel
que quedó vacante...
            -El de padre. -Ella afirma, yo
suspiro, últimamente suspiro con demasiada frecuencia.
            -Ha habido de todo, sin embargo,
parece que lo malo ya no cuenta. Echo en faltar no tener tiempo para mí,
levantarme por la noche a arroparles, darles agua o costarme con uno u otro,
porque han tenido una pesadilla, las mañanas con prisas, las tardes de deberes
y extraescolares... No sé... La verdad, es que les echo muchísimo de menos.
            -Nunca he entendido el motivo por el
cual, teniendo la posibilidad de estudiar sin agobios, decidiste aceptar un
trabajo, para el que no estabas preparada, ni formada... Acababas de abandonar la
niñez y te pusiste a cambiar pañales...
            -Hice lo que mi padre, intentar superar
la muerte de mi madre refugiándome en el trabajo, en realidad, cualquier
ocupación me hubiese servido.
            -Escogiste mal, no has disfrutado de
tu etapa de estudiante y has creado lazos materno-filiales, que no te
corresponden, en definitiva, te has saltado una década de tu vida... Enid, vas
a tener que aprender a quemar etapas, sin adelantarlas ni transmutarlas.
            -No me ha ido mal del todo, acabé la
carrera, me doctoré, aprendí un par de idiomas, mis gastos eran nulos, ahorraba
el sueldo casi íntegro... Y Evelyn fue siempre una gran amiga.
            -Sin embargo, solo has podido hacer
las prácticas imprescindibles para licenciarte, ni tan siquiera te has
colegiado, tuviste que renunciar al puesto que te ofrecía aquel estudio tan
prestigioso, porque no podías compaginarlo con el cuidado de los niños... ¡Si
hasta le cediste los derechos de la reforma que te premiaron!
            -Acababa de morir su madre ¿Cómo iba
a dejarles solos?
            -En este momento, todo eso ya carece
de importancia, así que ahora a disfrutar y... -Mueve el cuello en dirección al
jardín, para incitar a que mire a través de la ventana. - Creo que tienes
visita.
            Lo hago y mi amiga veraniega de la
infancia, Estela, charla con mi padre al borde de la piscina.
            -Voy a saludarla.
            -No te marches sin cenar. -A Amaia,
Estela nunca le ha caído demasiado bien.
            -No saldré, estoy cansada, no... Lo
siguiente.
            -Pues no te dejes enredar.
            Al salir de la cocina, la brillante
melena rubia, ondulada de peluquería, su sonrisa moldeada por brackets durante
la infancia y su mirada verde agua, se dirigen a mi encuentro, con los brazos
abiertos.
            -¿Qué tal Shirley Temple? -De niña
era exactita a ella, también igual de repelente, mejoró algo con la edad.
            -Genial, Miss Death.
            -No cambias, siempre perfecta... ¡Ay
Estel..., Cuánto daño haces!
            -Y eso lo dice, la reina del enigma,
todos revoloteando  a tu alrededor y tú,
dejando que se arrastren, para nada.
            -Alguien ha de pagar las cervezas.
            Nos miramos como adolescentes y nos
echamos a reír como idiotas... Mi padre pestañea y niega.
            -Bueno, chicas... Aquí os dejo, entro
a ver qué encuentro por la cocina... Tengo el hambre de un oso después de la
hibernación... Bichito. -Esa soy yo, ya he perdido la cuenta de los motes que
mi padre ha llegado a ponerme.
            -Sí, doctor.
            -Sin cenar no se sale, sin cenar no
se bebe.
            -Papá, recuerda... 28 años.
            -Iní, recuerda... 48, así que te
gano por 20.
            Resoplo mientras arrastro del brazo
a Estela hasta las gandulas del jardín, y así ponerme al día de lo poco que por
aquí sucede.
            Me observa mordiéndose los labios,
eso es señal inequívoca de que ha de explicarme algo, que va a ser altamente
sorprendente.
            -Estás muy guapa, te hace falta
tostarte un poco para que tus ojos sean más espectaculares, pero estás genial.
            -No puedo tostarme, tengo una sesión
en un par de semanas, con Sandrine.
            -¡Puag! ¿Cómo puede gustarte
fotografiarte con cuervos y huesos, en medio de cementerios?
            -El cuervo es disecado, los huesos
de mentira y las fotos se toman sobre un Chroma. -Su cara perpleja indica que
he hablado en finés. -Ese fondo verde que se utiliza para digitalizar después
la escena, evitando el paseo al campo santo y por descontado, siempre de día.
            -Con lo bien que te sentaría un
bikini de Victoria Secret posando en las Maldivas.
            -¿Vas a decirme qué pasa o prefieres
dejarlo para mañana?
            -Estoy con Carlos. -Si me pinchan no
sangro.
            -¿Te refieres al mismo Carlos en el
que estoy pensando?
            -Supongo, porque no conozco otro
Carlos, a parte de ese Carlos que pienso, que piensas tú.
            -Vamos a dejarnos de trabalenguas...
¿Me puedes explicar, qué hace una tía como tú, 
con un patán como Carlos?
            -¡No hables así de él! Es un buen
chico. -¿Chico? ¿Se va a casar con él y le defiende llamándole "chico"?
            -Es un ególatra, con el cerebro justito
para pasar el día... Si hasta persigue su reflejo en los escaparates ¡Por el
amor de Dios!
            -Pues tú estuviste con él, doctora. -¿Por
qué entrecomilla con los dedos la palabra "doctora"? Paso de sus
punzadas sardónicas.
            -Estela, cielo ¡Tenía 18 años! Y
solo nos vimos, un par de semanas durante dos veranos, nunca fue nada más que
un rollete, y lo sabes. -Se retira el cabello de la cara y mira hacia el
Cantábrico, aguardo realmente alucinada, a que trate de convencerme de que no
me está gastando una broma.
            -Ha cambiado, es considerado y me
trata como una reina.
            -¡Nada más faltaría! -¡Qué poco
orgullo! -Mira, tú verás... Aunque, pienso que puedes aspirar a encontrar
alguien mejor.
            -Sus padres son los dueños de una de
las empresas más importantes de la zona y...
            ¿Cómo? ¿Qué pintan sus padres y su
empresa en todo esto? Estela nunca ha sido una interesada.
Debe
haber un trasfondo que no me ha explicado aún, porque en caso de no existir
nada más, es surrealista.
            -Estel... ¿Qué importa lo que tengan
o quienes sean, los padres de Carlos? 
            -¡Mírate, Enid! -¿Acaba de gritarme?
Jo... Vaya genio.
            -¿Qué mire, el qué?
            -A ti -Le dedico una mirada confusa,
a la vez que niego con la cabeza, esto me desconcierta bastante ¿Qué puede
envidiar de mi vida? -Sí, a ti... No tienes que preocuparte por nada, tu madre
te dejó mucha pasta y tu padre es un neurocirujano de éxito, vives en un ático,
enfrente del mar en una de las mejores ciudades del mundo, tienes una carrera,
sabes idiomas y solo tienes que sonreír, para que cualquier tío babee... Y yo,
solo tengo esto.
            Acaba su argumentación, señalando su
cara y luego su cuerpo.
            -Vaya.
            -Vaya ¿Qué?
            -Es que... No puedo creer lo que me
estás diciendo.
            -¿Por qué no? ¿No es cierto?
            -¿Pero qué pinto yo y mis
circunstancias, en tu decisión de salir con Carlos? A mí "plin" que te lo tires
y lo disfrutes... Pero de ahí, a que te plantees una vida en común... No sé, lo
veo poca cosa para ti.
            -¿Aquí? Yo no quiero un buen chico,
yo quiero tener lo que tú tienes.
            -¿Desde cuándo te has vuelto tan
materialista? __-Y esta ¿Qué se piensa que tengo yo? -Las cosas
son cosas, para estudiar siempre hay tiempo... Y existe la movilidad
territorial, despégate de tus raíces... Es fácil lloriquear sin valorar las
alternativas.
            -No estoy dispuesta a esperar más...
Nos casamos el año que viene, no quería que te enteraras por alguna cotorra del
pueblo.
            Y en este instante experimento como
entre nosotras se abre un abismo, igual que si ella ya no fuera ella, y yo, ya
no tuviera nada que compartirle.
            -Vale... Pues en tal caso, mi
enhorabuena, deseo de todo corazón, que se cumplan tus expectativas.
            -Te enviaré una invitación, me
gustaría que asistieras.
            -Haré lo posible, gracias por contar
conmigo.
            Creo que no... Uhm..., No,
definitivamente no va a ser posible, el año que viene... Me va fatal.
            Silencio.
            Qué incómodo.
            Uhmmm... Hambre, tengo hambre.
            -Estel, estoy algo cansada, he
conducido siete horas del tirón, sin parar ni para mear por no despertar a mi
padre... Nos llamamos ¿Vale? Estaré por aquí un par de semanas.
            -Ok... Bien... Bueno, nos vemos.
            La acompaño hasta la verja y cuando
sale cierro la cancela, sé con total seguridad, que no me llamará, la misma
seguridad de que yo tampoco lo voy a hacer.
            Tenemos amigos comunes, posiblemente
coincidiremos, seremos cordiales y disfrutaremos del grupo y la compañía, poco
más.
            Viene a mi mente Evelyn, ella era la
mejor amiga que jamás he tenido, y fue ella quien me explicó una vez, mientras
montábamos un columpio para los enanos, que todo en la vida, todo absolutamente
todo, tiene un final... La serie preferida, un libro muy bueno, las
vacaciones... La amistad... Y por suerte, nuestro cerebro desgrana los indicios
que anuncian que sucederá, para ir asimilando de manera gradual como todo se
apaga,  y eso es así, y será así, por los
siglos de los siglos.
            El mundo perdió con su muerte a una
gran psicopedagoga, sus hijos una madre, su madre una hija y yo, un ejemplo de superación
y fuerza de voluntad.


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